OBRAS

Obras de poesía más importantes de Rubén Darío
Entre las obras más importantes de Rubén Darío, destaca por encima de cualquier otra su producción poética. Poseía todos los elementos del modernismo en lo formal y rítmico, así como en los temas y el exotismo. Buscaba la belleza por medio de la palabra y daba supremacía al arte sobre otros intereses:
·         Azul: fue su tercer libro, publicado en 1888, y el más importante. Una obra magistral que escribió con solo 21 años y dedicó a su infancia y juventud. Fue revolucionaria, ya que trabajó todas las métricas, estilos y vocabularios, algo hasta entonces nunca visto, y menos en alguien tan joven. Sin duda, es muy representativo del modernismo mundial que incluye temáticas mitológicas como hadas o la antigua Grecia.
·         Prosas profanas: libro de poemas publicado en 1896 que le consagra como líder del movimiento modernista. Su poesía es perturbadora y contiene métricas nunca antes leídas en español. Tiene clara inspiración francesa, aunque también se atisban influencias de otros autores, como Gabriele D’Annunzio o Edgar Allan Poe. En el mismo hay temáticas muy variadas, desde la libertad hasta el amor o el paganismo y el cristianismo.

·         Cantos de vida y esperanza: este libro se publica en 1905, y se considera como su obra en verso más importante. Domina con fuerza el ritmo y maneja el lenguaje con flexibilidad. Trata temas como la identidad americana, pero también hay protesta social, angustia existencial e incluso erotismo. Se observa a un autor plenamente maduro.
POEMAS
Triste, muy tristemente
Un día estaba yo triste, muy tristemente
Viendo cómo caía el agua de una fuente.
Era la noche dulce y argentina. Lloraba
La noche. Suspiraba la noche. Sollozaba
La noche. Y el crepúsculo en su suave amatista,
Diluía la lágrima de un misterioso artista.
Y ese artista era yo, misterioso y gimiente,
Que mezclaba mi alma al chorro de la fuente.

Cómo Decía Usted, Amigo Mío
¿Cómo decía usted, amigo mío?
¿Qué el amor es un río? No es extraño.
Es ciertamente un río
que, uniéndose al confluente del desvío,
va a perderse en el mar del desengaño.



Año
Obra
1891
Pascual Aguilera (novela)
1895
El Bachiller (novela)

1898
Perlas Negras (poemas)

1899
Místicas (poemas)

Consuelo (zarzuela)

1900
La hermana agua (poemas)

1901
Origéne (traducción de El bachiller al francés)

1902
El éxodo y las flores del camino (verso y prosa)
Lira heroica (poemas)

1903
Cantos Escolares (poemas y música, adaptación del francés)

1904
Perlas Negras (poemas)
Místicas (poemas)
Las voces (poemas)
El donador de almas (novela, reedición de la aparecida en revistas)
1905
Los jardines Interiores (poemas)


1906
Almas que pasan (prosas)
Otras vidas (incluye las novelas: Pascual Aguilera, El Bachiller y El donador de almas)
Lecturas mexicanas graduadas (texto escolar)



















Obras de Amado Nervo


Poemas
El primer beso
Yo ya me despedía…. y palpitante
cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.
Salí a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí… Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
-«Perdóneme, Señor esta alegría.»
Cobardía
Pasó con su madre. ¡Qué rara belleza!
¡Qué rubios cabellos de trigo garzul!
¡Qué ritmo en el paso! ¡Qué innata realeza
de porte! ¡Qué formas bajo el fino tul…!
Pasó con su madre. Volvió la cabeza:
¡me clavó muy hondo su mirar azul!
Quedé como en éxtasis…
Con febril premura,
«¡Síguela!», gritaron cuerpo y alma al par.
…Pero tuve miedo de amar con locura,
de abrir mis heridas, que suelen sangrar,
¡y no obstante toda mi sed de ternura,
cerrando los ojos, la deje pasar!

OBRAS MÁS DESTACADAS DE GABRIELA MISTRAL


“Desolación”


Es el texto inaugural de la producción literaria de Gabriela Mistral. Su primera edición apareció en Nueva York (Estados Unidos) el año 1922.
Parece, más que nada, su reacción de la pérdida de su novio, que se suicidó. Así se caracteriza por un tono trágico.  De hecho, esta poesía, amarga y desesperada, cumple bien con lo que promete el título.  No obstante, en medio de su pena, su soledad, su tragedia, su dolor, y su "desolación," nació un hilo donde manifiesta su preocupación por los niños.
Desolación constaba originalmente de cinco secciones: "Vida", "Escuela", "Infantiles", "Dolor" y "Naturaleza". En la sección "Dolor" Gabriela Mistral incluyó "Los Sonetos de la Muerte", poema con el cual ganó los Juegos Florales de 1914.

"Ternura"


Ternura corresponde al segundo poemario de Gabriela Mistral. Fue publicado en Madrid, España, el año 1924, con el apoyo de la editorial Saturnino Calleja.
Pretendía entretener y educar a niños por medio de la poesía, pero también era un llamado a los adultos respecto de su responsabilidad ante la situación de aquellos, en particular por los niños que vivían en situación de abandono.
En 1945, el mismo año en que recibió el Premio Nobel de Literatura, Gabriela Mistral, pensando en sus lectores, decidió reorganizar Ternura, añadiendo nuevas secciones a la edición original, cambios que dan cuenta de la importancia que Gabriela Mistral siempre atribuyó a este libro.

Poemas:

Piececitos

Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!

¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!

El hombre ciego ignora
que por donde pasáis,
una flor de luz viva
dejáis;

que allí donde ponéis
la plantita sangrante,
el nardo nace más
fragante.

Sed, puesto que marcháis
por los caminos rectos,
heroicos como sois
perfectos.

Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veros
las gentes!

Amor, amor

Anda libre en el surco, bate el ala en el viento,
late vivo en el sol y se prende al pinar.
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:
¡le tendrás que escuchar!

Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,
ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:
¡lo tendrás que hospedar!

Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.
Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.
No te vale decirle que albergarlo rehúsas:
¡lo tendrás que hospedar!

Tiene argucias sutiles en la réplica fina,
argumentos de sabio, pero en voz de mujer.
Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:
¡le tendrás que creer!

Te echa venda de lino; tú la venda toleras.
Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.
Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras
¡que eso para en morir!

OBRAS DESTACADAS DE JOSE SANTOS CHOCANO

En la aldea

Se trató de la segunda obra de Chocano, la cual fue editada en 1895 cuando el autor obtuvo la concesión de una imprenta estatal. En la aldea es una colección de fragmentos literarios que resultaron de la inspiración del poeta por los paisajes rurales.
Se presume que la obra fue escrita por el autor cuando tenía aproximadamente 18 años de edad, en 1983. Además, En la aldea se puede observar la unificación de las cualidades de Chocano, las cuales aumentaron en sus trabajos posteriores.
Otros autores piensan que la obra pudo haber servido de antítesis de Iras Santas, debido a que maneja un carácter de amor o dulzura, contrario en su totalidad con la primera obra de Chocano en la que abunda una actitud visceral

Selva virgen

Este trabajo fue escrito gracias a la inspiración que sentía Chocano por los paisajes naturales de Perú. Contó con una segunda edición que fue titulada con el nombre de La selva virgen, el cual recopiló un conjunto de poemas, y fue editada en 1901 en París – Francia.
Las poesías desarrolladas en Selva virgen fueron difundidas a través de distintos periódicos y reunidas en dicho volumen.

Poemas:

Blasón

Soy el cantor de América autóctono y salvaje:
Mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramaje
Con vaivén pausado de hamaca tropical…
Cuando me siento inca, le rindo vasallaje
Al Sol, que me da el cetro de su poder real;
Cuando me siento hispano y evoco el coloniaje
Parecen mis estrofas trompetas de cristal.
Mi fantasía viene de un abolengo moro:
Los Andes son de plata, pero el león, de oro,
Y las dos castas fundo con épico fragor.
La sangre es española e incaico es el latido;
Y de no ser Poeta, quizá yo hubiera sido
Un blanco aventurero o un indio emperador.

Las Punas

Silencio y soledad…Nada se mueve…
Apenas, a lo lejos, en hilera,
Las vicuñas con rápida carrera
Pasan, a modo de una sombra leve.
¿Quién a medir esa extensión se atreve?
Sólo la desplegada cordillera,
Que se encorva después, a la manera
De un colosal paréntesis de nieve.
Vano será que busque la mirada
Alegría de vívidos colores
En la tristeza de la puna helada:
Sin mariposas, pájaros, ni flores,
Es una inmensidad deshabitada,
Como si fuese un alma sin amores…

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